¡No me molestaría tanto si solo hubiera un percentil de sinceridad en este tipo de afirmación!
Gobierno (re) lanza reflexión sobre impuesto al carbono
Los ministros de Ecología, Jean-Louis Borloo, y de Economía, Christine Lagarde, inauguran oficialmente el miércoles 10 de junio el debate sobre la creación de una "contribución clima-energía". Pusieron sobre la mesa un Libro Blanco que explora los riesgos de esta idea que, de tener éxito, sería una pequeña revolución en la fiscalidad francesa.
Este informe de veinte páginas se publicará en línea y estará abierto a comentarios hasta el 24 de junio. Los días 2 y 3 de julio, una conferencia de consenso reunirá a los expertos y una semana después, una "reunión de alto nivel", presidida por el ex primer ministro socialista Michel Rocard, debe sacar las conclusiones de los debates.
La secretaria de Estado de Ecología, Chantal Jouanno, asegura que este es "un primer paso" y que "no se ha tomado ninguna decisión". Insiste en el hecho de que, si ve la luz del día, este nuevo impuesto no debe conducir a un aumento de los gravámenes obligatorios o afectar el poder adquisitivo.
La contribución de la energía climática es una de las cinco propuestas del pacto ecológico de Nicolas Hulot que Nicolas Sarkozy se comprometió a estudiar después de la conferencia sobre medio ambiente de Grenelle en octubre de 2007. Al establecer un precio a pagar Por cada tonelada de CO2 emitida, este impuesto es considerado por los ambientalistas como el instrumento esencial para reducir el consumo de combustibles fósiles.
“Este impuesto al carbono tendría la particularidad de crecer de manera constante cada año hasta alcanzar el objetivo de dividir las emisiones por cuatro. Se aplicaría a todos, administraciones, autoridades locales, agricultura, pesca, industria , servicios, hogares ”, explica el pacto.
El Libro Blanco no llega tan lejos. Sobre todo, plantea preguntas, pero comparte esta observación: el mercado europeo de cuotas de CO2 que, a través de un sistema de asignación, planea reducir las emisiones de las industrias más contaminantes (acero, cemento, vidrio, refinación, papel ...) Solo resuelve el 40% del problema. Todo lo que proviene del transporte por carretera, la agricultura, la calefacción, etc. no incluye el precio justo del daño ambiental causado por el aumento de CO2 liberado a la atmósfera.
El informe señala, por ejemplo, que el impuesto sobre el fuelóleo doméstico asciende a 21 euros por tonelada de CO2 en Francia, con un promedio de 56 euros en Europa y 131 euros en Suecia, un país que a menudo se cita como ejemplo.
Suite y fuente: http://www.lemonde.fr/politique/article ... 23448.html
¿Y cómo Mister pipolitics, cómo va a gravar el CO2 más limpio? ¿El que no se emitió a través del ahorro de energía?