No tiene que sacar su bola de cristal del armario ni pasar el dedo por las venas de una hoja para predecir el futuro de un bosque. No tiene sentido plantar un huerto de varias hectáreas en un laboratorio para estudiar el comportamiento de una plaga que come frutas y su depredador. Las bases de conocimiento registradas a pequeña escala permiten en todos los casos tener acceso a lo invisible. Por ejemplo, el viaje de una pequeña bestia en busca de un lugar adecuado para la colocación, entre una planta de tomate y una calabaza, donde ya abunda un insecto peligroso para los cultivos. En un registro completamente diferente, los científicos también pueden acelerar la propagación de los árboles bajo un cielo mediterráneo. En la Facultad de Ciencias de Valrose, el equipo de Patrick Coquillard, investigador del laboratorio del medio marino, simula "muchos fenómenos" en torno a la dinámica de las poblaciones en el espacio y el tiempo. Algas invasoras, chinches, avispas o Sylvester Pines, todos se transforman en puntos un día u otro en la pantalla de una computadora. El resultado: una representación gráfica más o menos elaborada pero, sobre todo, un valioso contenido informativo.
La continuación: http://irh.unice.fr/spip.php?article547
Visto en: http://www.econologique.info/index.php/ ... bert-hooke