En Irak, el soldado de infantería estadounidense promedio lleva alrededor de 10 kg de baterías, el equivalente a un tercio de la masa de su mochila.
Lo necesita para su radio, su sistema GPS, sus gafas de visión nocturna, pero también para los sistemas de alarma nuclear, bacteriológica y química (NBBC).
En 2003, la revista Defense Tech señaló la dependencia de las tropas de baterías desechables cuya fiabilidad y longevidad eran cuestionables. El Departamento de Defensa de los Estados Unidos asigna cantidades considerables de dinero para la investigación de celdas de combustible.